martes, 15 de septiembre de 2009

Matí

Este es Matías su nombre significa" Regalo de Dios" y esta es su historia.

Era Noviembre de 2008. Era un día soleado; iba saliendo de mi casa e iba a subirme a mi carro. En aquellos días estaba devastado, había sufrido la perdida de mis mejores y más grandes amigos, mis compañeros de toda la vida(Rayo e Hicky). Aún no estoy preparado para hablar de ellos; ya llegará el momento.
Al momento de abrir la puerta de mi auto alcancé a percibir que algo a mi costado derecho se movía. Era un perrito, parecia un guiñapo y estaba asustado. Su aspecto y los sentimientos que tenía por la perdida reciente, me llevaron a mirarlo fijamente, sintiendome triste por su desgracia.
Sentí la necesidad de acercarme, sin embargo cuando vio que me acerqué retrocedió. Pensé, que seguramente ya le habia sucedido alguna mala experiencia con otra persona. Habia que hacer más lenguaje corporal para darle confianza. Así que me inqué, intentando mostrar una figura pacificadora como los perros hacen cuando se acercan sin manifiesto de agresión. Pero solo se quedó quieto, e incluso parecia retroceder. Entonces aún incado le di la espalda. Para hacerle ver que no tenía que temer. Bajé mi mano aún estando de espaldas y sentí su respiración. Mis movimientos tuvieron éxito, logré que se acercara. En uno minuto ya estaba sentado junto a mí. Ahí estabamos sentados en la banqueta. El buscaba mi mano para que lo acariciara. Sin embargo solo le di unas palmaditas muy suaves casi imperceptibles. Yo me tenía que ir así que entré a mi casa por alimento pero no tenía más que una pechuca de pollo cruda. Se la dejé en la puerta de mi casa, junto con un pocillo de agua, pues ahí se hace un nicho que probablemente le brindaría abrigo por un día. Se acerco cojeando, entonces vi las secuelas de una lesión que no había visto de primera instancia.
Me fuí pensando que le habia dado paz a su vida por unos momentos. Avisé a mis papás que había un perrito fuera de la casa, para que cuando llegaran lo dejaran descansar.
Regresé en la noche y el no había comido nada, solo tomado agua. Me preocupé, pues eso significaba dos cosas. O que no habia probado nunca carne cruda, o que estaba enfermo de algo grave que ya no quisiera ni comer... o ambas cosas. Me metí dejándole un pedazo de pan y esperando que así comiera algo...también le dejé una sudadera para que tuviera algo que le protegiera del frío.
Fue una noche muy fría el invierno se acercaba. Me levanté pensando que ya no estaría el perrito, pero al mismo tiempo esperanzado de verlo vivo, pues sus condiciones no eran nada buenas. Abrí la puerta y ahí estaba, me volteo a ver, no podía ver sus ojos pues su cabellito le cubría la vista. Hicimos junta familiar todos pensamos que habría que darle una oportunidad de vivir... Tomés un mecatito para atarlo, pues no sabiamos si adentro reaccionaría mal por desconfianza o por agresión por dolor , etc......y entonces cruzó la puerta de la casa para jamás salir...

La siguiente vez hablaré de la rehabilitación de Matí, tanto física como mentalmente.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Tu eres un regalo de dios kike! Eres alguien increíble! Te deseo mucho éxito con animal rest. Besos

Mundo Feliz dijo...

Hola, llegué aqui por casulidad.

Es una bella historia, hace como 1 año pasé por algo similar. La pérdida de un amigo peludo duele mucho y es dificil superarla.

Me quedé con ganas de leer sobre la recuperación de Mati :S

Ojalá y retomes tu blog!.

Saludos

Kike dijo...

Gracias super Dannona!!!
^_^ Se te extraña.

Gracias por el comentario Esined. Espero te guste la segunda parte y disculpas por tardar en contestar.
Esperen más cosas útiles en el blog.
^_^